martes, agosto 19, 2008

SE FUE MAHMUD, UN GRANDE

El domingo antepasado la poesía se ha vestido de luto: murió Mahmud Darwish, el poeta palestino de mayor renombre en su tierra y personalidad emblemática de la literatura de resistencia. Su nombre, asociado a las grandes mentes creadoras del verso universal, fue, entre los suyos, el más galardonado (medalla de Caballero de las Artes y las Letras de Francia, en 1997, y el premio Lotus, en 1969, entre otros), y el más traducido (22 idiomas).
Comprometido incondicional e incesantemente con la causa palestina, y personaje dotado de altos valores humanos, su obra, expuesta a la luz de una eminente calidad lírica, deja un profundo mensaje con palabras de añoranza por la tierra perdida, pero también de esperanza para las generaciones presentes y venideras por un destino más justo para su pueblo, y de unión con sus vecinos; legado que Darwish se propuso, desde siempre, trasmitir para su gente a la hora de su muerte. No sorprenden, por ello, las sentidas palabras del primer ministro, Salam Fayad, que llenó de honra póstuma al rapsoda, calificándolo como "el poeta de la tierra y la vida, símbolo de la identidad nacional palestina y de la cultura humana".
Nacido en 1941 en Al-Birwa, un asentamiento en Galilea de la que su familia tuvo que huir cuando contaba tan sólo siete años, fue testigo en el extranjero de la destrucción de su pueblo natal en la guerra que siguió a la creación del Estado de Israel. A partir de entonces, Darwish fue tejiendo la que más adelante sería su encumbrada obra, siempre marcada por el dolor del exilio y el irrenunciable compromiso político que tomó forma dramáticamente al comienzo de la diáspora que hoy padecen cuatro millones de palestinos. De regreso a su tierra, fue el autor, en 1988, de la Declaración de la Independencia Palestina, gesto patriótico y valiente que le valió el calificativo de "poeta de la resistencia", más allá de su inspirada vena literaria consagrada asimismo a la vida y al amor. Sus más destacados poemas, entre tantos, como Documento de identidad, Vengo de allí, los Salmos y Estado de sitio, son verdaderos himnos literarios palestinos. Su obra general, muy difundida en Israel, pero naturalmente rechazada por la mayoría, es, no obstante, admirada por muchos (pues se comprendió el mensaje de acercamiento entre ambos pueblos alentado por el poeta), al punto de que en el año 2000 el entonces primer ministro Ehud Barak desestimó una propuesta de su progresista ministro de Educación, Yossi Sarid, para incluir el estudio de Darwish en el currículo de secundaria.
Paz para el héroe de la resistencia literaria. ®

Documento de identidad (Fragmento)

Inscríbeme / Soy árabe / El número de mi cédula es cincuenta mil / Tengo ocho hijos / Y el noveno? / vendrá tras el verano / ¿Te enojarás acaso? / Inscríbeme / Soy árabe / Trabajo con mis compañeros de lucha en una cantera / Tengo ocho hijos / Arranco de las piedras el pan, las ropas, los cuadernos / Y no vengo a mendigar a tu puerta / Y no me pliego ante las losas de tu umbral / ¿te enojarás acaso? / Inscríbeme / Soy árabe / Mi nombre es muy común / Y soy paciente / En un país que hierve la cólera ...

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