viernes, octubre 05, 2007

LA OTRA ESPAÑA

Pensábamos que en España la brutal era del franquismo había sido definitivamente sepultada, pero ciertos hechos ocurridos últimamente echan por tierra esa idea que -ahora se ve así- encarnaba una buena dosis de ingenuidad y vana ilusión. Justamente por esa equívoca visión de la España moderna es que legiones de hombres y mujeres de todos los continentes, pero especialmente de América Latina y África, vislumbraban a ese país como una salvadora tierra de esperanza para hacer realidad los acalambrados sueños de prosperidad inalcanzables en sus propias regiones. Pero una vez allí, el racismo, la intolerancia, la supina arrogancia de los infaltables extremistas –que siempre son la mitad- han enterrado para siempre esos sueños, y muchos han tenido que regresar a su terruño con las manos incluso más vacías. Otros, sin embargo, asistidos por la otra mitad de la población española, la buena, han podido quedarse y hasta echar raíces en la Península.
Cristina Peri Rossi, una uruguaya que no llegó precisamente a Barcelona en 1972 con la pretensión de buscar mejores oportunidades de vida, sino que lo hizo como exiliada política, ha sido desde entonces, para muchos, un modelo de referencia acerca del progreso y disonancias de la democracia española. Esta escritora, profesora de literatura, traductora y periodista, entusiasmada con la caída en 1975 del régimen franquista, adquirió la nacionalidad española y, sin perder la uruguaya, se sumergió de lleno a la recuperada concepción existencial de España y se asió fuertemente a la también restaurada corriente literaria, entumecida oprobiosamente, y tantas décadas, por las huestes de Franco. Desde entonces, ha colaborado con El País, Diario 16, El Periódico de Catalunya, y en su trabajo literario (traducido a nueve idiomas) ha cultivado el cuento, la novela y la poesía. En 1991 fue Premio Ciudad de Barcelona con el libro de poemas Babel bárbara, y el año pasado ganó la XI Edición del Premio Internacional de Poesía Ciudad de Torrevieja con el libro Habitación de hotel. La vida de Cristina Peri Rossi marchaba entonces a todo vapor, y con grandes augurios. Pero haces unos días la dirección de Catalunya Radio, estación donde colaboraba como invitada desde hacía dos años, le comunicó que su programa se interrumpía indefinidamente debido a que, conforme a la carta de principios de la radio pública catalana, tal programa debía ser difundido en catalán y no en castellano, y que por lo mismo tendrían prioridad los invitados que se expresaran en aquel idioma. La propia Cristina ha señalado que en una posterior comunicación verbal se le hizo notar que la norma aludida disponía, por extensión, o por origen, la prohibición de contar con colaboradores fijos que hablaran castellano. Menuda autonomía la catalana. Y menuda discriminación, a pesar de la postura de la Corporación Catalana de Radio y Televisión que afirma la existencia de una espontánea convivencia lingüística “que permite a todos los ciudadanos participar en la vida pública al margen de cuál sea su lengua de comunicación”. Por supuesto que simple e insincera palabrería. Al parecer, esta comunidad autónoma, asiento del Monasterio de Poblet, del Palau de la Música Catalana, del Hospital de Sant Pau, del Palau Güell, entre otros lugares declarados Patrimonio de la Humanidad, y cuna de ilustres como Antoni Gaudí, Isaac Albéniz, Pablo Casals, Juan Goytisolo (quien fue uno de los componentes del jurado que nombró al Carnaval de Oruro como Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad), o Joan Manuel Serrat, entre otros grandes, pretende retroceder abierta y deshonrosamente a épocas de infierno. A no otra conclusión es posible llegar luego de comprobar cómo se violentan los derechos laborales de Peri Rossi que, a poco de llegar a Barcelona hace 35 años, huyó prontamente a París perseguida por la agonizante dictadura franquista, a causa, como cabalmente observa un medio de prensa, “de sus actividades opositoras al régimen; entre otras, en defensa del catalán”. ®

1 comentario:

Patricia dijo...

La era franquista en España está sepultada. Lo que ahora hay son radicales ignorantes y pejigueras que quieren que todo sea en catalán por sentimiento patriótico hacia la nación catalana y como ellos creen, para que el español no infecte al catalán. Esto es una lucha constante por estas tierras y cada vez hay más extremistas que piensan así. El castellano es la lengua oficial junto con la catalana y no debería de existir tal batalla, pero te aseguro que es incontrolable. Es discriminación, racismo...como le quieras decir, pero aunque aquí se empeñen en radicalizar la lengua, con la masiva llegada de inmigrantes, llevan muy dificil conseguir sus objetivos y eso les enrabia más. De ahí que hayan hecho lo posible para suprimir el programa de radio.

Saludos!!